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Miguel Marín: El Superman Celeste que marcó una era en el fútbol

El corazón celeste en la portería que nunca se apagó

Por Sergio Ruiz

"El Superman" es de las figuras del fútbol mexicano / Foto: X

Miguel Marín, el legendario portero argentino que defendió con pasión los colores de Cruz Azul, sigue siendo una figura icónica para la afición celeste. Su legado trasciende generaciones y su nombre se asocia indiscutiblemente a la historia gloriosa de La Máquina. En este artículo, rendiremos homenaje a este guardameta excepcional y recordaremos por qué sigue siendo considerado uno de los mejores porteros extranjeros que han jugado en México.

El arribo del "Gato" a México

A principios de los años 70, Miguel Marín llegó a México para convertirse en el guardián de la portería de Cruz Azul. Conocido como el "Gato" por sus reflejos felinos, rápidamente se ganó el corazón de la afición celeste con sus espectaculares atajadas y su seguridad bajo los tres postes. Su estilo aguerrido y su liderazgo lo convirtieron en un referente dentro y fuera del campo.

El apodo que lo inmortalizó: "Superman"

Fue el cronista deportivo Ángel Fernández quien acuñó el apodo de "Superman" para Miguel Marín, debido a sus increíbles vuelos y atajadas que parecían desafiar las leyes de la física. Este sobrenombre se quedó grabado en la memoria de los aficionados y se convirtió en sinónimo de la grandeza del portero argentino.

Un palmarés envidiable

Durante su etapa en Cruz Azul, Miguel Marín conquistó numerosos títulos, consolidándose como uno de los porteros más ganadores en la historia del fútbol mexicano. Entre sus logros destacan:

Más allá de las estadísticas

Más allá de los títulos y las estadísticas, Miguel Marín dejó una huella imborrable en el corazón de los aficionados de Cruz Azul. Su entrega, pasión y liderazgo inspiraron a generaciones de jugadores y seguidores. Su legado trasciende las canchas y se ha convertido en parte de la identidad del club.

Un ídolo eterno

La figura de Miguel Marín sigue siendo venerada por la afición celeste. Su nombre es mencionado con respeto y admiración en cada rincón del Estadio Azteca. A pesar de que han pasado muchos años desde su retiro, su legado sigue vivo y su recuerdo perdura en el corazón de todos los cruzazulinos.

Conclusión

Miguel Marín fue mucho más que un portero. Fue un ídolo, un líder y un símbolo de la grandeza de Cruz Azul. Su legado es una fuente de inspiración para las nuevas generaciones de jugadores y aficionados. Su nombre siempre estará ligado a la historia gloriosa de La Máquina y su recuerdo perdurará por siempre en el corazón de los celestes.

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