Por Jorge Cuevas
Emanuel Villa es un gran analista de fútbol y un aficionado de Cruz Azul por su paso con la “Máquina”, pero también un crítico de su amado equipo cuando es necesario y con Vicente Sánchez vaya que hay muchas situaciones criticables, pero en especial una por la que el Tito dejó de confiar en el charrúa como estratega.
De acuerdo con el ex delantero, Vicente Sánchez perdió su credibilidad desde su primer partido con Puebla, pues recordó que trató de poner su idea futbolística con una línea de 4 y como no le funcionó en los primeros 45 minutos, volvió a lo que Martín Anselmi había utilizado, la línea de 5. Así que, el no poder impregnar su estilo de juego fue un pecado grande para el ex delantero argentino.
El interinato de Vicente Sánchez en Cruz Azul se ha convertido en un capítulo de incertidumbre y confusión. La búsqueda de una identidad propia, lejos de consolidar un estilo, ha derivado en un vaivén táctico que ha dejado al equipo sin rumbo fijo. El intento de romper con la herencia de Martín Anselmi, un experimento que se ha estrellado contra la cruda realidad del futbol mexicano.
Sánchez llegó con la intención de imprimir su sello, de dejar su marca en un equipo que había mostrado destellos de buen futbol bajo el mando de Anselmi. Su primera decisión fue cambiar el esquema, apostando por una línea de cuatro defensas. Un intento de darle al equipo un juego más ofensivo, más dinámico.
Pero el experimento no funcionó. La falta de adaptación de los jugadores a este nuevo esquema fue evidente. La defensa se mostró vulnerable, el mediocampo perdido y la delantera inoperante. Los resultados no tardaron en llegar: derrotas dolorosas, empates amargos y un juego carente de ideas.
Ante la inoperancia del equipo, Sánchez se vio obligado a dar un paso atrás. La presión de la afición, los malos resultados y la falta de respuesta de los jugadores lo llevaron a regresar al esquema de línea de cinco, el mismo que había utilizado Anselmi. Un reconocimiento tácito de que el experimento había fracasado.
El regreso a la línea de cinco no trajo consigo una mejora significativa. El equipo seguía mostrando falta de cohesión, de ideas claras en el ataque y de solidez defensiva. La sensación de confusión se apoderó del ambiente celeste.
El vaivén táctico de Sánchez ha dejado a Cruz Azul sin identidad. El equipo ha perdido la claridad en su juego, la confianza en sus capacidades y la conexión con la afición. La sensación es que el equipo está a la deriva, sin un rumbo fijo.
La falta de un estilo definido ha afectado el rendimiento de los jugadores. La incertidumbre sobre el esquema táctico, la falta de confianza en el planteamiento y la presión de los malos resultados han mermado el ánimo del equipo.
El interinato de Sánchez ha puesto de manifiesto la importancia del legado de Martín Anselmi. El técnico argentino había logrado imprimir un sello propio en el equipo, un estilo de juego que había ilusionado a la afición.
El intento de Sánchez de romper con ese legado ha sido un fracaso. La realidad ha demostrado que el equipo necesitaba continuidad, no un cambio radical.
09/03/2025
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