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Cruz Azul y Atlante abandonaron el Estadio Ciudad de los Deportes por malos tratos

Los dos clubes dejan atrás su "casa" debido a abusos económicos

Por Sergio Ruiz

El Estadio Azul volvió a ser casa de los Celestes por un año / Foto: Reforma
El Estadio Azul volvió a ser casa de los Celestes por un año / Foto: Reforma

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El idilio entre el Estadio Azul y los dos equipos más emblemáticos que allí jugaron, Cruz Azul y Atlante, llegó a su fin de forma abrupta. Los altos costos por el uso del inmueble y las malas condiciones del mismo forzaron a ambos clubes a buscar nuevos hogares. La relación entre los equipos y la familia Cosío, propietaria del estadio, se deterioró debido a los abusos económicos, maltratos y falta de respeto hacia las instituciones. Con este panorama, el Atlante decidió mudarse al estadio Agustín “Coruco” Díaz en Zacatepec, Morelos, mientras que Cruz Azul optó por compartir el Estadio Olímpico Universitario con los Pumas.
Esta información fue recopilada y adaptada con base en un reportaje de la Revista Proceso.

El conflicto con la administración del estadio

Emilio Escalante, propietario del Atlante, ha sido uno de los principales afectados por las condiciones impuestas por la familia Cosío, quienes son dueños tanto del Estadio Azul como de la Plaza de Toros México. El empresario lamenta que no se haya llegado a un acuerdo, a pesar de los esfuerzos invertidos por mejorar las instalaciones del estadio. Según Escalante, el Atlante gastó entre 17 y 20 millones de pesos en renovar la infraestructura del recinto, incluyendo la pintura, la cancha y el alumbrado.



El contrato inicial firmado en 2020 estipulaba una duración de tres años, con opción a renovación por otros dos años, hasta junio de 2025. Sin embargo, la relación con los Cosío se volvió insostenible. Uno de los mayores conflictos fue la falta de acceso para entrenar en el estadio, ya que la administración prefirió alquilar el espacio para otros eventos ajenos al fútbol, como fiestas y conciertos. Esto obligó al Atlante a buscar un nuevo lugar para sus entrenamientos, siendo el antiguo Centro de Capacitación (Cecap) de la Federación Mexicana de Fútbol, gracias a la intervención de Emilio Azcárraga Jean, una opción temporal.

El conflicto se intensificó con robos de material de entrenamiento y manipulaciones en la venta de boletos, lo que generó desconfianza en los directivos atlantistas. La situación culminó el 2 de noviembre de 2024, cuando el Estadio Azul fue clausurado por la alcaldía de Benito Juárez debido a un empalme de eventos, lo que obligó al Atlante a jugar fuera del inmueble.



El destino de Cruz Azul: una situación similar

Cruz Azul, por su parte, también experimentó tensiones con la familia Cosío debido a los altos costos por el uso del Estadio Azul. Fuentes cercanas al club revelaron que las negociaciones para renovar el contrato no avanzaron, ya que los Cosío no mostraron disposición a ajustar las comisiones por la venta de boletos, alimentos y bebidas, que representaban hasta el 40% de los ingresos generados en cada partido. Además, las instalaciones del estadio, que datan de 1946, no cumplen con los estándares exigidos para competiciones internacionales como la Concachampions, lo que dejó a Cruz Azul en la búsqueda de una nueva sede.



Los altos costos de la renta y las condiciones deficientes de las instalaciones no fueron el único inconveniente. Durante el partido de vuelta de la semifinal del Torneo Apertura 2024, se desató un altercado entre jugadores y reporteros en el pasillo del estadio, lo que puso de manifiesto las deficiencias en la estructura del recinto, que obliga a jugadores y medios a pasar por el mismo lugar, creando un ambiente incómodo y tenso.

El futuro de los equipos y el Estadio Azul

El Atlante, tras varias complicaciones, decidió mudarse temporalmente a Zacatepec, Morelos, con la esperanza de seguir creciendo en la Liga Expansión. Emilio Escalante dejó claro que esta decisión no fue tomada por razones económicas, sino para proteger al equipo de más abusos y maltratos. Mientras tanto, Cruz Azul sigue en negociaciones para encontrar un lugar adecuado para sus partidos, con opciones como el Estadio Cuauhtémoc en Puebla y La Corregidora en Querétaro sobre la mesa. No obstante, el técnico de la Máquina, Martín Anselmi, se ha mostrado reacio a jugar fuera de la Ciudad de México, ya que los largos traslados afectan el rendimiento de los jugadores.

Aunque los clubes han tomado rumbos diferentes, ambos coinciden en su descontento con la administración del Estadio Azul, que ha mostrado falta de disposición para mejorar las condiciones del inmueble. Mientras tanto, la familia Cosío sigue negociando con Cruz Azul y América para que continúen usando el estadio, aunque no parece haber una solución inmediata.

Conclusión: Un adiós definitivo al Estadio Azul

El Estadio Azul, que fue la casa de Cruz Azul y Atlante por muchos años, dice adiós a ambos equipos debido a los abusos económicos, el maltrato y la falta de respeto por parte de la administración. Con la mudanza de ambos clubes, el estadio pierde su lugar como sede de fútbol profesional, dejando atrás una historia llena de logros y emociones. Ahora, tanto Cruz Azul como Atlante buscan nuevos horizontes, con la esperanza de que sus futuros sean más prometedores y menos conflictivos.


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