Por Gonzalo Gonzales
José Ignacio Rivero es uno de los jugadores más queridos de Cruz Azul, el mediocampista uruguayo llegó en el 2020 procedente de Tijuana a préstamo, pero en el año de préstamo se encariñó tanto con el club que pidió su compra definitiva, petición que la que se sumó la afición y finalmente la directiva cumplió ese deseo.
En sus casi 3 años en la institución ha demostrado que se parte el alma por el equipo, siendo recordado con aquella imagen en los festejos de la novena donde nunca soltó el balón del partido, balón que ya está en su vitrina de trofeos personales. “Así como no soltó el balón, nosotros no soltemos a Rivero” era el grito de guerra de la afición.
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Ahora se acerca el final de su contrato, el cual fue por dos años, plazo que se cumple en julio de este año. La directiva y el jugador estaban conscientes de ese asunto, por lo que se pusieron a trabajar en una renovación, pero como es costumbre en esta administración dejaron todo para el último momento, generando molestia entre la fanaticada.
Hombres como Iván Morales, Jaiber Jiménez (quien no tiene participación en el equipo) o Rafael Baca ya presumen de sus renovaciones de contratos, renovaciones que ponen aún más molesta a la gente que solo ve como renuevan a los que quieren que se vayan.
Los últimos reportes de periodistas cercanos a Cruz Azul, como Adrián Esparza Oteo o León Lecanda, decían que las pláticas iban bien y en unos días se hacía oficial la renovación, sin embargo, aún no hay aviso oficial y la afición está preocupada que dejen ir a uno de los pocos jugadores buenos que quedan, sumando otro descontento con la administración actual.
23/11/2024
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