Velázquez no los puede ni nombrar, Cruz Azul respira después a dos años de su salida

En este momento del año a unas cuantas horas de cerrar el 2022 es momento de hacer un corte de caja y pensar en todo lo que se vivió a lo largo de los últimos doce más analizando las cosas positivas que se dieron y también los errores que no se pueden volver a cometer en el próximo año.

Cruz Azul tuvo un 2022 lleno de altibajos con momentos muy dulces y también otros bastante oscuros, pero lo más importante es el cierre que se tiene con el inicio de la era ´Potro´ Gutiérrez que luce prometedor luego de terminar la Copa Sky invictos y alzar el primer trofeo con el técnico mexicano a la cabeza del proyecto.

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Muchas son las razones para ilusionarse con esta renovada Máquina que presume jugadores que van recuperando su nivel después de muchos meses sin destacar o una afición conectada con el equipo que se ha olvidado de los reclamos hacia los jugadores para pasar a un apoyo incondicional que motiva a los protagonistas en el terreno de juego.

Pero hay una razón que es clave en el cambio de vibras que sufrieron los Celestes a lo largo de este año y que se ha ido olvidando conforme pasan los meses, algo que no puede pasar en una institución tan importante como lo es la Máquina Cementera que debe recordar siempre este hecho pensando en nunca volver a repetirlo.

En Cruz Azul están felices por olvidar estos nombres

Desde que nombres como Guillermo y Alfredo Álvarez junto con Víctor Garcés fueron señalados como delincuentes, la Máquina a nivel institucional y directivo se fue limpiando, algo que tuvo un impacto positivo en las decisiones deportivas. Poco a poco se ha purificado el ambiente dentro de la cooperativa celeste que ahora solo piensa en ganar títulos antes que en temas extra cancha, algo que se nota en el campo.