El gran acto de cariño del Chaco con Cruz Azul

Christian Giménez es nombrado el último gran ídolo del club, más allá de sus logros dejó un legado imborrable en Cruz Azul, equipo que se volvió su preferido en México a pesar de que logró quedar campeón de liga con Pachuca y además de la Copa Sudamericana, único titulo sudamericano de un equipo mexicano.

El Chaco se ganó un lugar en los libros de historia celeste, sus actuaciones, actitud y sobretodo manera de enfrentar cada partido hizo que la afición de inmediato. Algo que le generó ese cariño inmediato fue su gran capacidad de vacunar a las wilas cada que se las enfrentaba.

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Mientras Christian Giménez brillaba en el primer equipo, su hijo Santiago Giménez empezaba a jugar y a impresionar en las fuerzas básicas de la Máquina. Santiago Giménez destacó de inmediato e hizo que los entrenadores del club lo empezaran a buscar para una inminente oportunidad para jugar en el primer equipo.

El Bebote no tardó en debutar en el primer equipo, además de lograr jugar un partido oficial junto a su padre, que en palabras del propio Chaco “fue el mejor momento de su carrera”.

Un destino caprichoso.

Nadie sabe lo que le depara la vida, después de tanto sufrir y tratar de darle alegrías a la gente parece que su misión no era esa, el inculcarle a su hijo Santi el mismo cariño que le tuvo él a Cruz Azul fue importantísimo y logró ganar todo torneo que disputó con la máquina, curioso el plan que estaba escrito para la familia Giménez.