Por Jorge Cuevas
Martín Anselmi y Mathías Cardaccio se encargaron de fichar a la joya del fútbol argentino, mexicano, español e italiano. Luka Romero llegó como estrella a la Liga MX, debutó ante Puebla y enamoró a los fanáticos, en el siguiente partido anotó y los aficionados se volvieron locos. Pero tras esa actuación, el volante se fue apagando, hasta que terminó en la banca.
Sus titularidades cada vez son menos y los minutos que tiene son más limitados con Vicente Sánchez. Ha perdido su lugar, que hasta el charrúa prefirió cambiar de banda a Mateusz Bogusz y darle otra oportunidad a Rotondi.
Llegó como el mesías, el salvador, la joya que nos devolvería la ilusión. Luka Romero, el argentino con pasado europeo, el talento puro que prometía revolucionar el ataque celeste. Pero, como en muchas historias de Cruz Azul, la realidad nos ha dado un golpe de realidad. El brillo inicial se ha apagado, y ahora, Luka se ve relegado a la banca, con minutos contados y una sombra de incertidumbre sobre su futuro en La Noria.
Recordemos ese momento: Luka Romero aterrizando en el aeropuerto, la afición coreando su nombre, la presentación estelar, las expectativas por las nubes. ¡Era el fichaje bomba que tanto necesitábamos! Un jugador joven, con experiencia en ligas exigentes, con un talento descomunal. Pensábamos: "Ahora sí, con Luka, vamos a pelear por todo".
Los primeros partidos fueron un espejismo. Destellos de calidad, regates imposibles, esa chispa que nos hacía soñar. Pero, poco a poco, ese brillo se fue diluyendo. Los rivales le tomaron la medida, las defensas se cerraron, y Luka empezó a desaparecer.
¿Qué le pasa a Luka Romero? Esa es la pregunta que nos hacemos todos los aficionados celestes. ¿Es falta de adaptación al fútbol mexicano? ¿Problemas de confianza? ¿Decisiones tácticas del técnico?
Lo cierto es que Luka ha perdido esa explosividad que lo caracterizaba. Sus regates ya no son tan efectivos, sus pases no encuentran destino, y su presencia en el campo se ha vuelto casi invisible. La banca se ha convertido en su nueva realidad, y los minutos que recibe son cada vez más escasos.
Ver a Luka Romero en la banca duele. Duele porque sabemos el potencial que tiene, duele porque nos ilusionamos con su llegada, duele porque sentimos que estamos desperdiciando un talento único.
La incertidumbre se apodera de nosotros. ¿Volverá Luka a ser el jugador que nos deslumbró? ¿Podrá adaptarse al fútbol mexicano y recuperar su mejor nivel? ¿O se convertirá en otro fichaje fallido en la larga lista de Cruz Azul?
Su talento es innegable, pero su rendimiento actual deja mucho que desear. La presión de la afición, la competencia interna y las decisiones del técnico juegan en su contra.
Solo el tiempo dirá si Luka Romero logra superar este bache y convertirse en el jugador que todos esperamos. O si, por el contrario, su paso por Cruz Azul se convierte en una triste anécdota.
28/02/2025
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