El ilusionante mensaje de Ángel Sepúlveda a toda la afición de Cruz Azul

Nadie puede estar más feliz en Cruz Azul que Ángel Sepúlveda, pues consiguió lo que tanto ansiaba y es una renovación con el equipo. Se quedará hasta 2026 y tiene la oportunidad de sacarse una espinita clavada y es la de darle un título a la “Máquina”, pues en sus dos torneos América amargó esa posibilidad.

En el acto de su renovación de contrato y con Víctor Velázquez como testigo, lanzó una frase a toda la afición para que se ilusionen con su renovación y con todo el proyecto del equipo, corto y conciso dijo: “vamos por la Décima”.

La Sombra de la Décima:

Desde aquel glorioso 1997, la sombra de la décima ha perseguido al Cruz Azul como un fantasma incansable. Cada torneo, cada partido, cada jugada se mide con el rasero de la gloria máxima. La presión es palpable, la exigencia es implacable, y la paciencia, un bien escaso.

El Valor de la Regularidad vs. la Gloria Efímera:

Es cierto, una campaña récord puede llenar de orgullo a cualquier aficionado. Sumar puntos, dominar la tabla general, desplegar un fútbol espectacular... todo eso es valioso, sin duda. Pero en Cruz Azul, esos logros palidecen ante la magnitud del título.

La Liguilla, el Campo de Batalla:

La liguilla se convierte así en el campo de batalla definitivo, donde se forjan las leyendas y se sepultan las decepciones. Cada partido es una final, cada gol es una explosión de esperanza, cada triunfo es un paso más hacia la gloria.

La Afición, el Jugador Número Doce:

La afición celeste, fiel e incondicional, juega un papel fundamental en la búsqueda de la décima. Su apoyo inquebrantable, su aliento ensordecedor, su pasión desbordante, son el combustible que impulsa al equipo en los momentos más difíciles.

La Presión, un Aliado y un Detractor:

La presión de ganar el título es una constante en Cruz Azul. Algunos jugadores la sienten como un peso insoportable, otros la transforman en motivación. La clave está en convertir la presión en un aliado, en un impulso para alcanzar la excelencia.

El Legado de la Décima:

La décima estrella no solo representaría un título más en las vitrinas de Cruz Azul, sino un legado imborrable para las generaciones venideras. Sería la reivindicación de una historia llena de altibajos, la culminación de un sueño largamente acariciado.