Por Gonzalo Gonzales
En el fútbol hay un hombre sobre el que cae toda la responsabilidad de los malos resultados del equipo, siempre que se pierda será su culpa y pocas veces se le dará el reconocimiento cuando las cosas salgan bien, tal es el caso de Victor Velázquez o hasta hace unas semanas de Raúl 'Potro Gutiérrez.
En una liga con un formato de corta duración como la Liga MX, cuyo torneo dura tan solo 6 meses contando la fase final, los entrenadores tienen menos margen de maniobra y menos paciencia de parte de directivas que en su mayoría en el fútbol mexicano no tienen paciencia debido a que son resultadistas, en este caso la de Cruz Azul teniendo dicho problema.
El contrato más común de un entrenador es por un año, contrato que de presentarse buenos resultados y agradar su trabajo a los mandatarios del equipo lo renuevan por otro, aunque lo más común en México es que después de seis meses se les acabe el crédito, entren en una seguidilla de malos resultados y por tan solo unas cuantas derrotas, el proyecto se viene abajo.
Raúl Gutiérrez, quien empezó a entrenar a Cruz Azul a mitad del torneo anterior se enfrentó a varios problemas, uno fue la falta de refuerzos claves para Cruz Azul, otro que la directiva nunca tuvo plena confianza en el trabajo y los beneficios que traería Raúl a largo plazo, si no es de renombre o extranjero, la paciencia cambia.
Esta directiva se sabe que no se tienta el corazón para cortar a entrenadores y la reciente fama que está tomando Gerardo Torrado dirigiendo a aun equipo en la Kings League despierta el interés en el ex director de selecciones nacionales que sí, fracasó con el combinado nacional pero que tiene bastante experiencia como para ayudar a Cruz Azul.
22/11/2024
22/11/2024
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