Por Mateo Garzón
El nombre de Diego Rivero ha sido un tema recurrente en las conversaciones de los aficionados de Cruz Azul. Su breve paso por La Máquina, marcado por la falta de oportunidades y un rendimiento discreto, contrasta con la larga y exitosa carrera que ha tenido en otros equipos. Hoy, a sus 43 años, el mediocampista argentino se encuentra jugando en el Atlas de Argentina, un equipo de la cuarta división de su país, según datos de Top Mercato.
Antes de llegar a La Máquina Celeste, Rivero tuvo una destacada actuación con los Tuzos de Pachuca. Su habilidad, entrega y visión de juego lo convirtieron en un referente en el equipo hidalguense. Incluso, formó parte del plantel que disputó la Copa Libertadores. Sin embargo, su paso por Pachuca fue solo un preámbulo de lo que sería su aventura en el fútbol mexicano.
Diego Rivero llegó a Cruz Azul con la ilusión de consolidarse en el fútbol mexicano. Sin embargo, su paso por el equipo celeste fue efímero. En 2005, el "Burrito" disputó apenas 10 partidos y anotó un solo gol. Las oportunidades fueron escasas y el jugador no logró adaptarse al estilo de juego del equipo.
Tras su paso por Cruz Azul, Rivero emprendió un largo viaje que lo llevó a jugar en diversos equipos de Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador. A pesar de las dificultades, el mediocampista argentino nunca se rindió y siempre demostró una gran entrega en cada partido.
Tras su paso por el fútbol mexicano, Rivero decidió regresar a su país natal. A pesar de tener ofertas de otros clubes, el argentino optó por jugar en equipos de menor categoría, buscando recuperar la alegría de jugar al fútbol.
Actualmente, a sus 43 años, Rivero milita en el Atlas de Argentina, un equipo de la cuarta división. A pesar de la categoría, el ex jugador de Cruz Azul sigue disfrutando del fútbol y demostrando su pasión por el deporte.
Según datos de Top Mercato, los salarios en la cuarta división de Argentina rondan los 4000 pesos mexicanos. Una cifra muy lejana a los ingresos que un futbolista profesional puede percibir en las principales ligas del mundo.
Sin embargo, para Diego Rivero, el dinero no es lo más importante. El amor por el fútbol lo ha llevado a seguir jugando a pesar de las adversidades. El argentino disfruta de cada minuto que pasa en la cancha y se siente realizado como futbolista.
La historia de Diego Rivero es un ejemplo de perseverancia y amor por el fútbol. A pesar de los fracasos y las dificultades, el mediocampista argentino nunca ha dejado de luchar por sus sueños.
Su paso por Cruz Azul puede haber sido un tropiezo en su carrera, pero no ha logrado opacar su brillante trayectoria. Rivero es un ejemplo para todos aquellos jóvenes futbolistas que sueñan con triunfar en el deporte más popular del mundo.
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