Por Jorge Cuevas
La derrota ante Juárez caló hondo en la afición de Cruz Azul, y uno de los nombres que resonó con mayor fuerza en las críticas fue el de Lorenzo Faravelli. Sin embargo, un análisis más profundo revela que el bajo rendimiento del mediocampista argentino no puede atribuirse únicamente a su desempeño individual. La ausencia de Erik Lira en el mediocampo, unida a la ya sentida partida de Luis Romo, obligó al técnico Martín Anselmi a realizar ajustes que terminaron por afectar la dinámica del equipo. La decisión de colocar a Carlos Rodríguez como contención, si bien buscaba fortalecer la recuperación del balón, debilitó la labor de creación tanto de “Charlie” como de Faravelli, quienes se vieron obligados a asumir funciones que no les son del todo naturales. Esta reestructuración táctica fue un factor determinante en el resultado final.
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La ausencia de un mediocampista de contención natural como Lira desajustó el equilibrio en la mitad del campo. Lira, con su capacidad para recuperar balones y distribuir el juego, le permitía a Rodríguez enfocarse en la creación de jugadas y a Faravelli en la conexión con los delanteros. Al tener que cubrir la contención, “Charlie” se vio limitado en su capacidad para generar oportunidades de gol, lo que a su vez afectó el rendimiento de Faravelli, quien dependía en gran medida de los pases y la visión de juego de su compañero. Esta cadena de circunstancias provocó que el mediocampo celeste se viera superado por el planteamiento de Juárez, que aprovechó los espacios y la falta de conexión entre líneas.
La salida de Luis Romo, un referente en el mediocampo de Cruz Azul durante varios torneos, también dejó un vacío que aún no se ha logrado llenar por completo. Romo aportaba equilibrio, liderazgo y una gran capacidad para conectar con los delanteros. Su ausencia se ha notado en la falta de claridad en la salida del balón y en la generación de jugadas de peligro. Si bien Faravelli llegó con la expectativa de cubrir parte de ese hueco, las circunstancias del partido ante Juárez, sumadas a la ausencia de Lira y el reacomodo de Rodríguez, impidieron que pudiera mostrar su mejor versión. La reconfiguración del mediocampo ha impactado negativamente en el funcionamiento colectivo del equipo.
La adaptación de Faravelli al fútbol mexicano y al esquema de Anselmi requiere tiempo y un contexto favorable. El jugador argentino ha demostrado calidad en otros equipos, pero necesita encontrar su lugar dentro del engranaje celeste. Las constantes modificaciones en el mediocampo no le han permitido consolidarse y desarrollar una sociedad efectiva con sus compañeros. Es fundamental que el cuerpo técnico encuentre una solución que permita liberar a Faravelli de tareas que no le corresponden y le brinde las herramientas necesarias para explotar su potencial creativo. La estabilidad en la alineación será clave para que el jugador pueda mostrar su mejor versión.
El partido ante Juárez dejó en evidencia la necesidad de un ajuste táctico urgente en el mediocampo de Cruz Azul. La recuperación de Erik Lira se antoja fundamental para devolver el equilibrio al equipo y liberar a Rodríguez de tareas que no le son propias. Asimismo, es importante que Anselmi encuentre una fórmula que permita potenciar las cualidades de Faravelli y conectarlo de mejor manera con los delanteros. La falta de contundencia ofensiva que ha mostrado el equipo en los últimos partidos es una consecuencia directa de la falta de claridad en la creación de jugadas.
La afición celeste espera ver un Cruz Azul protagonista, que domine el mediocampo y genere constantes oportunidades de gol. Para lograrlo, es fundamental que el cuerpo técnico encuentre la fórmula que permita aprovechar al máximo el talento de jugadores como Faravelli y Rodríguez. La paciencia es importante, pero también lo es la capacidad de reacción y la búsqueda de soluciones que permitan revertir la situación. La competencia en el fútbol mexicano es feroz y no hay tiempo para lamentaciones.
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Si bien la derrota ante Juárez generó preocupación entre la afición, es importante mantener la calma y confiar en el trabajo del cuerpo técnico y de los jugadores. La temporada es larga y aún hay tiempo para corregir el rumbo. Es fundamental que el equipo aprenda de los errores cometidos y trabaje en conjunto para encontrar la mejor versión de cada jugador. La unión y el compromiso serán claves para superar este momento y alcanzar los objetivos trazados. La máquina celeste tiene el potencial para competir al más alto nivel y la afición confía en que pronto volverá a celebrar.
20/01/2025
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