Cruz Azul ha dominado la fase regular y se perfila como favorito al título del Apertura 2024. No obstante, enfrenta un reto importante derivado del calendario de la Liga MX: una pausa de 18 días entre el cierre de la fase regular y el inicio de los cuartos de final. Martín Anselmi tendrá que buscar alternativas para mantener el ritmo del equipo y evitar que esta pausa afecte la intensidad que el conjunto ha mostrado hasta ahora. A pesar de que el club ya tiene programado un amistoso para no perder continuidad, el reto será sostener el nivel de competencia que los ha llevado a la cima.
Cruz Azul, bajo la dirección de Martín Anselmi, ha demostrado un gran nivel de juego durante el Apertura 2024, consolidándose como uno de los principales contendientes al título. Sin embargo, la inminente pausa de 18 días en la Liga MX, previo a los cuartos de final, plantea un escenario complejo para el equipo cementero.
Por un lado, este receso brinda una oportunidad única para que los jugadores recuperen energías físicas y mentales, y para que el cuerpo técnico trabaje en aspectos específicos del juego que requieran ajuste. Anselmi, conocido por su meticulosidad, podría aprovechar este tiempo para afinar tácticas y fortalecer la cohesión del equipo.
No obstante, la pausa también encierra ciertos riesgos. La interrupción del ritmo competitivo podría generar cierta desestabilización en el equipo, dificultando la transición hacia la fase final del torneo. Además, mantener la intensidad y la concentración durante un periodo tan prolongado sin partidos oficiales puede ser un desafío tanto para los jugadores como para el cuerpo técnico.
Otro factor a considerar es el impacto psicológico de la pausa. Los jugadores podrían sentirse ansiosos ante la cercanía de la fase final o, por el contrario, podrían relajarse demasiado, lo que podría afectar su rendimiento en los partidos decisivos.
La experiencia de Anselmi será crucial para afrontar este escenario. El entrenador deberá encontrar el equilibrio perfecto entre el descanso y el trabajo, y diseñar una estrategia que permita a sus jugadores llegar a los cuartos de final en óptimas condiciones tanto físicas como mentales.
En definitiva, la pausa representa un doble filo para Cruz Azul. Por un lado, ofrece una oportunidad para mejorar y fortalecer al equipo; por otro lado, implica el riesgo de perder el ritmo competitivo y la concentración. La capacidad de Anselmi para gestionar este periodo será determinante para el futuro de la Máquina Celeste en el Apertura 2024.
07/11/2024
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